Esta publicación busca dar a conocer a la comunidad la Historia de esta Batalla y promover la Declaratoria de este sitio Histórico, para preservarlo del saqueo de inescrupulosos buscadores de reliquias y de la destrucción por parte de procesos productivos o actividades que afecten este campo de batalla donde existen tumbas y fosas comunes de Soldados que lucharon por sus países en esa Guerra.
Sitio Histórico de la Batalla de Dolores (También conocida como batalla de San Francisco y en la historiografía boliviana como batalla de la Encañada)
Este lugar se encuentra ubicado a unos 120 kms al norte de la ciudad de Iquique. En el se efectuaron dos grandes batallas, una en el contexto de la Guerra del Pacifico el 27 de Noviembre de 1879 y la segunda el 16 de Enero de 1891 en la Guerra Civil de Chile o también llamada Revolución de 1891.
El sitio se compone por el Cerro San Francisco que es la cota predominante del sector, al norte de este, se encuentra el Cerro tres clavos y hacia el noreste del Cerro San Francisco está ubicado el cerro San Bartolo. Lugares que fueron parte de las posiciones defensivas chilenas en la Batalla del 27 de Noviembre de 1879.
Hacia el este del cerro san Francisco se encuentra una meseta de terrenos planos en la cual actualmente existen bosques de Tamarugos y hacia el oeste del cerro un terreno sin presencia de vegetación.
En las proximidades de la Aguada de Dolores se han llevado a efecto dos acciones bélicas. La primera y mejor conocida, es la que se libró el 19 de Noviembre de 1879, tras el Desembarco de Pisagua durante la Guerra del Pacífico. La presencia de la Aguada de Dolores hizo que la apropiación y posterior defensa de éste lugar por parte del Ejército Chileno, fuera estratégico y fundamental para el éxito de toda la Campaña de Tarapacá.
En esta batalla habrían combatido cerca de 6.000 soldados chilenos y 9.000 soldados aliados. Las bajas habrían sido cerca de 300, considerando ambos bandos. Por otro lado, la segunda acción bélica consistió en un combate desarrollado dentro de la Guerra Civil de 1891. Se trató de una acción de menor envergadura en comparación al anterior que se libró el 16 de Febrero de 1891 y donde la proximidad de la Aguada es secundaria. Éste combate se debió a un encuentro sin mayor planificación, entre las unidades Balmacedistas, de aproximadamente 300 hombres, que avanzaban desde Huara, y que se habían posicionado en el Cerro San Francisco, con tropas Congresistas, que sumaban 1.000 efectivos que avanzaban desde Zapiga, al Norte.
Cerro San Francisco (vista Sur a norte) Esta
vista tenían las tropas peruano bolivianas al comenzar la batalla.
Parte del Coronel Emilio Sotomayor sobre la batalla de Dolores Campamento de Dolores, Noviembre 23 de 1879.
Señor General en Jefe:
El 18 del presente, por una avanzada de Cazadores a caballo, mandada por el capitán don Manuel R. Barahona, tuve noticia de que el ejército aliado se presentaba en Agua Santa a la caída de la tarde. Acto continuo lo puse en conocimiento de V. S. por un telegrama dirigido a Hospicio, desde donde se sirvió ordenarme conservara las posiciones que teníamos.
Para dar cumplimiento a esta resolución, reconcentré todas las fuerzas que había mandado a Jazpampa por disposiciones de V. S., para evitar, si era posible, la junción de tropas bolivianas salidas de Arica; pues partidas de caballería que desde el 17 se habían presentado por Tana, Corsa y Tiliviche, nos lo hacían presumir así. Reunidos los regimientos 3º de línea, batallón Coquimbo, 4º de línea, batallón Atacama y dos baterías de artillería de montaña, dispuse que todo el ejército bajo mis órdenes en aquel momento, tomara las alturas de la Encañada y Dolores, que rodean por el Sur y Occidente a este campamento, en cuya dirección, se me comunicó por las avanzadas, marchaba el ejército contrario.
Mi primer pensamiento fue ir a Santa Catalina para dar en este lugar la batalla; más, por el conocimiento perfecto de que su marcha la verificaban los aliados tras de esta oficina y por cumplir las órdenes de V. S., como asimismo aceptando indicaciones importantes del teniente coronel don José Francisco Vergara, quien había explorado todo el terreno circunvecino a Dolores, ordené al comandante del cuerpo de ingenieros, teniente coronel don Arístides Martínez, reconociera dichas alturas para fijar la colocación que las tropas debían tomar. Practicado el reconocimiento respectivo, la línea de defensa se estableció del modo siguiente: una batería de artillería de campaña, sistema Krupp, dirigida particularmente por el teniente coronel, comandante de esta arma, don José Velásquez, en la colina próxima a la línea férrea que hoy le sirve de campamento; en la pendiente oriental del cerro de la Encañada, una batería de artillería de montaña, bajo las órdenes del sargento mayor don Benjamín Montoya.
El 3º de línea, en número de 700 hombres, protegía a estas dos baterías, como asimismo la izquierda de nuestra línea, bajo la dirección de su comandante don Ricardo Castro. En la altura, una división compuesta del regimiento 4º de línea, batallones Atacama y Coquimbo, y una batería de ocho piezas de montaña, bajo la dirección del sargento mayor de la misma arma, don José de la Cruz Salvo.
Se confió el mando al señor coronel don Domingo Amunátegui con la denominación de división del centro. Quebrada por medio y formando nuestra derecha, se colocó, las órdenes del señor coronel don Martiniano Urriola, la primera división compuesta del regimiento Buin, batallón Naval, batallón Valparaíso y dos baterías de artillería, una de campaña y otra de montaña, mandadas, la primera por el capitán don Eulogio Villarreal y la segunda por el de igual clase don Roberto Wood. La caballería compuesta del regimiento de Cazadores y una compañía de Granaderos, se colocó a retaguardia de la primera división, en la parte baja y plana que forma la cañada, entre los cerros del Sur y Norte de este campamento.
Trescientos hombres del 3º de línea y parte del cuerpo de Pontoneros, quedaron en la estación del ferrocarril para defenderla en caso de ser atacada.
Colocadas las tropas en el orden indicado, esperamos la presencia del enemigo, que a la salida del sol se presentó a nuestra, vista marchando en diversas columnas hasta llegar al cantón de San Francisco, en donde se hallan las oficinas salitreras de Saca si Puedes, Porvenir y San Francisco, y su cuartel general lo estableció en Porvenir, donde colocaron parte de su artillería.
Permanecimos a la vista hasta las 3 P. M., a cuya, hora, y diez minutos más o menos, se inició la batalla por un tiro de cañón disparado por la batería del mayor Salvo, siguiendo la infantería de la división Amunátegui para contrarrestar a diversas guerrillas que se desprendían de la línea enemiga con la intención, al parecer, de forzar nuestra izquierda, la cual soportó durante dos horas y media toda la fuerza del ataque, muy particularmente la batería mandada por el señor Salvo, que por dos veces consecutivas, subiendo la altura, fue asaltada por tropas de infantería de los batallones peruanos Puno, Ayacucho, números 8º y 5º, y tres o cuatro cuerpos más, que los artilleros, con un valor y tranquilidad a toda prueba, rechazaron enérgicamente apoyados por el batallón Atacama, que le cupo en suerte estar más próximo, cuya tropa y oficiales han dado pruebas de su abnegación y patriotismo, sacrificándose delante de los cañones para defenderlos a fuego y bayoneta, y en cuyo lugar cayó el mayor número de muertos que tiene dicho batallón, como así mismo donde sucumbieron bastantes enemigos Rechazado el segundo ataque por los fuegos mortíferos de nuestra infantería y certeros disparos de nuestra artillería de toda la línea, principalmente la de la izquierda, se introdujo el terror entre el enemigo, según pudimos notarlo por el desorden que se veía en las filas de los aliados.
A las 5:30 P. M. cesó casi por completo el fuego, como V. S. pudo notarlo a su llegada a nuestro campo. Por esta causa ordené al 4º de línea descendiera de la altura, apoyado por el regimiento Buin, batallón Naval y Coquimbo, cuyos cuerpos avanzaron hasta cerca del Porvenir, desde cuya oficina se hacían algunos disparos de cañón y fusilería. Por nuestra izquierda ordené marchar adelante al batallón Bulnes, que llegó en los últimos momentos de Jazpampa, apoyándolo el 3º de línea. Llegada la noche, por no tener conocimiento exacto del número de enemigos que permanecían en Porvenir y Saca si Puedes, protegiendo su retirada, nuestras tropas volvieron a tomar sus posiciones, en donde permanecieron toda la noche por orden de V. S.
A venir el día 20, según V. S. lo determinó, nos preparábamos a dar el ataque al cuartel general enemigo, cuando, despejada la neblina, notamos que los aliados marchaban en precipitada fuga hacia el Sur. Nuestra caballería salió por nuestra derecha explorando el terreno hasta llegar a la oficina Ángela, haciendo algunos prisioneros que sucesivamente fueron conducidos a este campamento.
Este es, señor general, el resultado de la batalla de la Encañada, que tuvo lugar el 19 del presente, entre nuestras tropas que, en número de 6.000 hombres, batieron a 11.000 aliados, poniéndolos en completa dispersión y fuga durante un combate de dos y media horas, en que solo tomaron parte activa dos mil quinientos hombres próximamente, que componían nuestro centro izquierdo.
Me hago un deber, señor general, en manifestarle que en todos los cuerpos de nuestro ejército, jefes y oficiales rivalizaban en ardor y patriotismo por tomar parte en la batalla y sacrificarse por la patria, pues ningún enfermo que podía marchar dejó de asistir al combate.
Por nuestra parte, lamentamos la pérdida de 5 oficiales muertos y 9 heridos, 52 individuos de tropa muertos, 162 heridos y 3 contusos.
Dibujo del siglo pasado que representa la batalla de Dolores, se puede apreciar a las tropas chilenas de los Batallones Coquimbo y Atacama repeliendo a los Aliados en la cota sur del cerro San Francisco.
Dibujo del siglo pasado que representa la batalla de Dolores, se puede apreciar a las tropas chilenas de los Batallones Coquimbo y Atacama repeliendo a los Aliados en la cota sur del cerro San Francisco.
El número de muertos y heridos del enemigo no podemos precisarlo, porque han fugado muchos que han perecido en distintas direcciones; pero los que han quedado en el campo de batalla, ascienden a 110 muertos, más o menos, de éstos 6 oficiales; y heridos que hemos recogido para darles asistencia, son 10 oficiales, entre los que se encuentran el general boliviano don Carlos Villegas, el coronel peruano del batallón Puno, don Rafael Ramírez de Arellano, el comandante del mismo batallón, don Mariano Torres, el sargento mayor don José Flores, teniente del número 5, don Manuel Trinidad Córdova, teniente de Húsares don Manuel Sevilla, id. del número 8, don Eugenio Galindo, capitán del Puno don Simon Medina, teniente 1º boliviano del Illimani, don Agustín Mendieta, capitán del Puno don Domingo Rivero, 78 individuos de tropa, 2 oficiales prisioneros y 85 individuos de tropa, incluso en ellos 11 empleados dependientes del proveedor de los aliados don David Puche.
El enemigo ha dejado en nuestro poder víveres, la mayor parte de su bagaje, doce piezas de artillería de montaña, cuarenta y ocho albardones, cincuenta y tres cajas y cajones con municiones de cañón, gran cantidad de municiones de fusil Remington, Chassepot, Peabody y Winchester; como así mismo capotes, mochilas y otros objeto de que está sembrado el campo entre Dolores y Agua Santa, y que el estado mayor se ocupa de recoger, dando preferencia al armamento del que existe reunido en nuestro parque en número de ciento cinco, y doble cantidad en diversas oficinas.
Me hago un deber en consignar en este parte los nombres de los señores jefes y oficiales que, independientes de los cuerpos del ejército tomaron parte activa en el combate: teniente coronel de guardias nacionales don José Francisco Vergara, secretario general ayudante de campo del señor General en Jefe, teniente coronel don Justiniano Zubiría, capitán don Ramón Dardignac, teniente de guardias nacionales don Manuel Rodríguez Ojeda, sirviéndome estos dos últimos de ayudantes y el capitán don Juan F. Urcullo.
Los oficiales de Estado Mayor que desempeñaron sus funciones a mi lado, impartiendo mis órdenes, son: teniente coronel don Diego Dublé Almeida, capitán graduado de mayor don Bolívar Valdés, y los capitanes don Francisco Pérez, don José Manuel Borgoño y don Emilio Gana: los oficiales de ingenieros, teniente coronel don Arístides Martínez, sargento mayor don Baldomero Dublé Almeida, capitanes don Francisco Javier Zelaya y don Augusto Orrego, desempeñaron varias comisiones importantes durante el combate.
En conclusión, creo del caso comunicar a V. S. que el ejército aliado venía mandado por los generales peruanos señores Buendía y Bustamante, y bolivianos señores Villegas, Villamil y Flores.
Por los partes originales de los señores jefes de divisiones, se impondrá V. S. de las recomendaciones especiales que en ellos se consignan.
EMILIO SOTOMAYOR.
Coronel Ejército de Chile.
Imagen del Ejercito de Chile que representa al Mayor Juan de la Cruz Salvo y sus Artilleros, combatiendo sobre el Cerro San Francisco a las Tropas Aliadas peruano bolivianas quienes en 3 ocasiones subieron el Cerro para asaltar las posiciones chilenas.
Imagen del Ejercito de Chile que representa al Mayor Juan de la Cruz Salvo y sus Artilleros, combatiendo sobre el Cerro San Francisco a las Tropas Aliadas peruano bolivianas quienes en 3 ocasiones subieron el Cerro para asaltar las posiciones chilenas.
Batalla de San Francisco. El 16 de enero de 1891 Guerra Civil.
*Memorias Militares Estanislao del Canto Centro de Estudios Bicentenario 2004. (pág. 377)
“El día 15 se pusieron en marcha los constitucionales embarcados en trenes del ferrocarril, por haber tenido noticias que las tropas dictatoriales intentaban amagar a Pisagua. Como a las doce del día una máquina que llevaba por delante un carro plano con una ametralladora, dio anuncio que el enemigo se encontraba en la oficina San Antonio cerca de la estación de Dolores. Yo que conocía palmo a palmo ese terreno ordené a el Teniente de Marina Victor Donoso, que con su marinería tratase apoderarse del cerro San Francisco, lugar donde fue la batalla en 1879 entre peruanos y bolivianos contra chilenos. De suerte de cuando menos pensó se encontró que en las alturas estaba coronada por tropas dictatoriales. Mandé entonces a la columna Pisagua que las combatiese de frente, el resultado no se dejó esperar por que la caballería hizo retroceder al enemigo lo suficiente para que el Valparaíso N°2 se surtiese de municiones y pusiera en fuga al enemigo. El cual se retiró con menos de la mitad de su gente dejando en el campo a dos oficiales del 4° de Línea Coronel Villagrán y Comandante Juan Bautista Riquelme y al Mayor Latorre.”
Estado de conservación.
El Lugar geográfico ha sido intervenido por empresas mineras, lo cual ha producido una modificación en la geografía del sector, aparentemente no se aprecian impactos ambientales directos, no se tiene registros o estudios o mediciones de contaminantes que pudieran afectar a la fauna y flora del área que se ve afectada directamente por el proceso productivo minero.
Pero si hay evidencias que el sitio histórico se ha visto vulnerado por los movimientos de tierra producido por maquinarias mineras, quienes forman las denominadas tortas de material las cuales son bañadas con ácidos para la extracción del nitrato y otros minerales.
Sumado a esto la constante intervención de buscadores de reliquias o saqueadores que intervienen el terreno en busca de elementos históricos como prendas militares, cantimploras militares vestigios de armamento, elementos balísticos y de uniformes de soldados.
Foto Tomada el 24 de febrero del 2017 en la cual
se puede apreciar camiones de extracción minera Marca Komatsu Modelo 730 de
1800 HP capaz de desplazar 200 toneladas de material a muy pocos metros del
sitio Histórico Tumba de los Juramentados de Atacama.
Imagen satelital Sitio geográfico actual 2020. Puede apreciarse las tortas de explotación minera.
Los Juramentados de Atacama
Monumento del Ejército de Chile en conmemoración a la Batalla de Dolores que se encuentra sobre el cerro San Francisco, hoy en peligro debido a explotaciones mineras.
Vista de señal ética implementada para demarcar el Sitio Histórico y protegerlo.
Fotografía tomada en terreno que indica la cercanía del proceso extractivo minero a la Tumba de los Juramentados de Atacama.
Fotografía
muestra el terreno de la batalla antes de las explotaciones mineras.Año 2016
Fotografía muestra el terreno de la batalla después de las explotaciones mineras..Claramente se puede apreciar la vulneración del sitio Histórico. Año 2019.
Los Juramentados de Atacama
Fueron un grupo de 5 Oficiales subalternos del Batallón Atacama, los cuales hicieron un famoso Jurame
nto de morir luchando por Chile.
Tres de aquellos bravos murieron en la Batalla de Dolores.
El Capitán Ramón Vallejos.
Subteniente Andres Wilson.
Subteniente Vicente Blanco.
Cayeron entre el humo del combate
Peleando por su Patria y por su Honor
Heroicos y esforzados camaradas
Valientes de Atacama Adios Adios !!...
Monumento del Ejército de Chile en conmemoración a la Batalla de Dolores que se encuentra sobre el cerro San Francisco, hoy en peligro debido a explotaciones mineras.
Fosa común de Soldados a los pies del Cerro San Francisco a punto de ser destruida por explotaciones mineras. Puede apreciarse en la fotografía los movimientos de tierra en el sector donde se efectuó la batalla de Dolores.
Vista desde el oeste del Cerro San Francisco se implementó está señal ética para demarcar el sitio Histórico y poder protegerlo de los huaqueros o saqueadores de reliquias históricas. Puede apreciarse sobre el cerro el Monolito del Ejercito de Chile construido el siglo pasado.
Vista de la Tumba de los Juramentados de Atacama la cuál fue salvada de la destrucción por parte de procesos productivos y por saqueadores, actualmente fue hermoseada por particulares.
estuve en dolores siendo de santiago hice mi srvicio militar y mi periodo de recluta fue ahi.
ResponderEliminarlindas imagenes e historia.